Alrededor de 19 mil 321 familias agricultoras del corredor seco de Nicaragua, han sido beneficiadas gracias al trabajo colaborativo que ha realizado la Universidad Nacional Agraria (UNA) en conjunto con el Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (MEFCCA), a través del Proyecto de Desarrollo Sostenible de los Medios de Vida de las Familias Rurales en el Corredor Seco de Nicaragua – NICAVIDA, un proyecto que desde el año 2019; permitió que estudiantes de la UNA, durante sus prácticas preprofesionales brindarán asistencia técnica a las familias productoras, capacitándolas en planes productivos, familiares y de negocios.
NICAVIDA, es un proyecto financiado por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, con presencia en 37 municipios y ocho departamentos del país.
Actualmente la UNA a través de la dirección del Departamento de Investigación e Innovación de la Dirección Académica y la Dirección de Ciencias Agrícolas, han establecido una nueva propuesta de colaboración con el proyecto NICAVIDA, dando prioridad a comunidades indígenas, para mejorar su calidad de vida, su seguridad alimentaria y la calidad nutricional de los alimentos que producen.
El maestro Donald Juárez Gámez, director del Departamento de Investigación, afirma que este proyecto pretende involucrar a familias de zonas indígenas, que estén vinculadas en actividades agropecuarias y que presentan insuficiencia de seguridad alimentaria y nutricional, sobre todo en los periodos de sequía. Además, indicó que este proyecto se estará desarrollando en tres departamentos de Nicaragua, Madriz en San Lucas, Boaco en Santa Lucia y Nueva Segovia en Mozonte; enfocado en el incremento de la producción de semillas de mejor calidad y en la conservación ex situ de germoplasma, para evitar la pérdida de diversidad genética local.
“La recolección de germoplasma se realizará en todos los rubros que se producen a través de semillas que toleran la pérdida de humedad sin detrimento de su calidad fisiológica y que se encuentran en las zonas donde se ejecutará el proyecto, mientras que, para el trabajo de fitomejoramiento participativo, se focalizarán en los rubros de sandía, frijol y maíz”, dijo el maestro Juárez.
Con esta nueva iniciativa, Juárez explicó que durante el 2024 se establece un plan de acción que comprende capacitaciones, a través de las cuales se enseñará a los productores de las tres comunidades objetivo del proyecto, como producir semillas de calidad (cumpliendo con las normas descritas en la Ley 280: Ley de Producción y Comercialización de Semillas), y en mayor cantidad para que su producción no solamente quede en el mercado local, sino que se pueda comercializar en el mercado nacional bajo mejores estándares de calidad genética y fitosanitaria.
En el proceso de fitomejoramiento participativo, “Del total de poblaciones nativas/criollas que se sometan al proceso, los productores construirán un idiotipo basado en las características que desean en una variedad idónea para su localidad como adaptación, tolerancia a sequía, rendimiento o calidad de grano” y que serán los criterios de selección en cada ciclo del proceso hasta generar la variedad deseada, manifestó Juárez.
Para asegurar la conservación de los recursos genéticos en estos departamentos, el proyecto también contempla la donación de muestras de semillas a la Universidad Nacional Agraria, la cual será representativa de la variedad original y que la universidad resguardará en condiciones controladas de humedad y temperatura por mediano plazo. El objetivo es conservar y tener estas semillas disponibles para futuros uso por parte de los productores, de manera gratuita, en caso de que ellos pierdan este valioso recurso. A este proceso se le conoce como plan de repatriación de material genético.
Asimismo, por medio de la coordinación del Departamento de Investigación y Dirección de Ciencias Agrícolas, a través de este proyecto se está colaborando en la rehabilitación del Banco de Conservación de Germoplasma de la Agraria; hasta el momento se ha avanzado en una propuesta de ficha de colecta de información de germoplasma y en la construcción del acta de conformación del comité de productores para la conservación y utilización del recurso genético, contribuyendo a tener una mayor cercanía con los pequeños productores de Nicaragua.