En Nicaragua los cultivos de los granos básicos representan la base económica de la mayoría de pequeños productores agrícolas del país; además constituyen la base de la alimentación y del aporte nutricional de las familias nicaragüenses, generando empleo e ingresos para los trabajadores agrícolas.
Asimismo, esos rubros tienen una participación preponderante en la actividad económica de la población rural y han llegado a incidir en la diversificación de las exportaciones.
Entre los insumos necesarios para la producción de alimentos, la semilla es la más importante, pues de su calidad genética dependerá el mayor porcentaje de germinación de plántulas, por ende, altos rendimientos al momento de la cosecha.
Ante esta demanda, el Gobierno Sandinista a través de las instituciones del Sistema Nacional de Producción Consumo y Comercio han venido uniendo esfuerzos para poner a disposición de los productores semillas de buena calidad producidas por el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Pero, para identificar cuáles son esas características que debe cumplir la semilla, el compañero Jorge Gómez Martínez, docente investigador de la Universidad Nacional Agraria (UNA), junto al equipo de producción del Diplomado de Tecnologías para mejorar la Producción y Productividad, se trasladó a la comunidad Las Palmeras, ubicada en el municipio de La Paz, Carazo, dónde compartió con los productores estos conocimientos sobre la selección de semillas en maíz, frijol y arroz.
“Primeramente quiero decirles que la semilla es toda estructura vegetal que está destinada a la reproducción y estas pueden ser esquejes, estacas e injertos y deben tener ciertas características; que exprese su máximo potencial y que tenga un máximo de semilla pura, que tenga vigor y una buena germinación”, recomienda el compañero Gómez.
Asimismo, asegura que la semilla de buena calidad debe tener cuatro cualidades básicas: que tenga un alto potencial genético o un alto rendimiento; uniformidad en peso y tamaño; estar limpia y libre de plaga o enfermedad y de buena apariencia, comparte Jorge.
“Si cumplimos con estas recomendaciones elevaremos los rendimientos y dejaremos atrás el uso de semillas de baja calidad, que no compensan los gastos que invierte el productor y que no le permiten mejorar su nivel de vida” aseguró el docente universitario.
Un complemento muy importante en la producción de granos básicos es el almacenamiento adecuado, luego de la cosecha, para evitar pérdidas por las afectaciones de plagas y roedores al dejarlos expuestos sin ninguna protección.
“Los granos deben guardarse en recipientes sellados que no permitan el ingreso de insectos y roedores y se debe monitorear constantemente el estado de la semilla al menos una vez por semana, y lo más recomendable es guardarlos en silos metálicos los que destacan por su resistencia, durabilidad y hermeticidad”, expresa Jorge
De igual forma, aseguró que “los granos deben secarse y limpiarse de forma adecuada antes de depositarlos en los silos, colocar estos (silos) sobre una tarima o plataforma plana para evitar que se oxiden por contacto directo con el suelo, ubicarlos bajo un techo para evitar los daños por precipitaciones pluviales o radiación solar, debe llenarse con grano limpio y seco con menos del 14% de humedad”.
Don Andrés Aguirre, es propietario de la finca La Palmera y ha dedicado toda su vida a la producción de granos básicos y considera que, ante los efectos del cambio climático, las recomendaciones brindadas por el compañero Jorge Gómez le servirán para hacerle frente a este fenómeno.
“Uno se tiene que ir acomodando con los tiempos que ahora son cambiantes, sequias largas, inviernos cortos, por lo que seleccionar una buena semilla nos permitirá reducir pérdidas y como productores debemos ser solidarios en apoyarnos para que todos garanticemos la seguridad alimentaria”, expresó el productor caraceño.