Durante los últimos años en Nicaragua, la actividad apícola se ha consolidado como un rubro en crecimiento, siendo esta una estrategia clave para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de las familias nicaragüenses, reforzado y apoyado gracias a las políticas del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, en su Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza y para el Desarrollo Humano.
Según datos del Ministerio de Economía Familiar, Comunitario, Cooperativa y Asociativa (MEFCCA) en el 2023, en Nicaragua la apicultura es un importante actor en la producción de alimentos, debido a que más del 70 por ciento de los cultivos dependen de la polinización para su producción.
La productividad de esta actividad económica y rentable, está en manos de más de 1,500 apicultores nicaragüenses en los departamentos de: Madriz, Boaco, Matagalpa, Chinandega, León, Granada, Carazo y Managua, siendo el ciclo de producción en los meses de noviembre a abril.
“Me preparé en el INATEC, tomé el curso de manejo básico como principiante, posterior a eso trabajé en una empresa apícola 4 años, luego me continúe preparando en manejo integrado de plaga, sanidad y crianza de abeja reina”, manifestó Bismarck Solano, productor apícola, quien compartió su experiencia en el Diplomado para la Mejora de la Producción y Productividad Agropecuaria.
Las prácticas apícolas generan una variedad de productos como la miel, cera, jalea real y polen; asimismo beneficios ambientales como la reproducción de las plantas al transportar los granos de polen de una especie a otra, asegurando la diversidad de especies.
Los productores de este rubro deben conocer y estar capacitados sobre inventario floral de interés apícola y alimentación artificial, herramientas que son indispensable para la sostenibilidad y el éxito continuo de la apicultura en Nicaragua.